Mi manía de racionalizarlo todo

Soy una persona que piensa demasiado, como se diría en lenguaje coloquial, me como demasiado la cabeza, tengo tendencia a analizar en detalle y a cuestionarme cada cosa importante que me pasa, quizás incluso las no tan importantes. Les doy mil vueltas en mi cabeza, rememoro todos los detalles, incluso los más mínimos, en esto mi estúpida memoria fotográfica ayuda demasiado, analizo detalles que incluso podrían parecer insignificantes solo para poder encontrar la lógica a las cosas, la razón, el sentido,... aunque haya a veces que no lo tienen.

Hay veces en que algo bueno me pasa, algo que me hace inmensamente feliz en ese momento, algo que me llena de alegría, pero luego llega mi momento de analizarlo y pensarlo, intentar encontrarle la lógica a todo para poder empezar a pensar en mi comportamiento futuro, para empezar a diseñar mi estrategia, porque como un buen amigo me dijo hace un par de días, siempre tengo un plan, diseño la manera de llegar a mis objetivos, y cuando no lo tengo me siento perdida.
Pero hay veces que analizar un momento feliz lo convierte en algo triste, y duro, ya que no le encuentro la lógica o las razones que se me ocurren solo enturbian ese momento feliz.
Pues bien como en la vida hay que aprender, he decidido que no voy a pensar ni racionalizar mi último momento féliz, ya que se que solo me traería dolor y empañaría esa felicidad, asi que me guardo ese momento en mi cajón de los recuerdos bonitos y de los días felices y no volveré a pensar en ello, solo a recordarlo tal y como fue, sin tratar de entenderlo, porque me hizo feliz y es un gran recuerdo que conservar...

Y quiero terminar esta entrada con mi nuevo lema vital: "CARPE DIEM" Vive el momento