Un día más ¿o no?

Pues si mañana es un día más o quizás no, mi cumpleaños, un año más y como cada año, no importa donde este, caigo en la misma crisis existencial por esta fecha, sé que soy una tonta de las fechas, siempre lo he sido…

Todo el mundo piensa y está seguro de que me encanta mi cumpleaños, de me emociona, de que me hace feliz y por eso quiero celebrarlo, la verdad no es tan bonita, no es que sea de esas personas que odian su cumpleaños, simplemente es una fecha en la que me da por pensar, y normalmente pensar no es bueno, al menos no pensar demasiado, por eso, para evitar pensar, para evitar pasarme mis ratos libres pensando en lo que significa cumplir años, en donde estoy, a donde voy y demás cuestiones filosóficas, para evitarlo me dedico a preparar una estupenda celebración con tanta gente como sea posible y que tenga que preocuparme sobre ello, pero el problema es que incluso preparando dos celebraciones, una cena con casi 20 personas mañana, un fin de semana en una casa rural la semana que viene con mis amigos más cercanos de aquí, incluso teniendo que planear y preocuparme por esas celebraciones, al final la noche antes de mi cumpleaños no puedo evitar que los pensamientos lleguen a mi mente.

Voy a cumplir ya 25, por tercera vez, y no, no son 28, cumplí 24, luego 25, el año pasado 25 y ahora otra vez 25. ¿la razón, aparte de que estoy algo loca? Que no me encuentro preparada ni de lejos para estar más cerca de los 30 que de los 20, veo en Facebook fotos de amigas mías de la universidad, o del trabajo que se han casado, y las que aún no tienen ahí las fotos ya aparecen como comprometidas y me cuentan que en un año o menos se casan, y yo como la cabeza loca que soy, como el culo de mal asiento como siempre me llama mi madre, estoy en el extranjero, desde hace ya casi 10 meses y sin planes de volver a España y sentar mi cabecita loca.

No planeo quedarme aquí, pero tampoco planeo marcharme, y ahí está el quit de la cuestión, no planeo nada, en mis terceros 25 sigo sin saber a dónde dirijo mi vida, el año pasado celebré mi cumpleaños en Nueva York, con gente que apenas conocía, sin tener ni idea de donde iba mi vida, ni de dónde estaría un año después, y hoy un año después, celebrare mi cumpleaños en la república checa, rodeada de nuevos grandes amigos pero un año más sin tener ni la más remota idea de lo que hago con mi vida, de donde quiero ir, de donde me dirijo, donde o como o cuando me quedaré quieta…. Y el sentimiento de dejarse llevar es bueno como regla general, para mi que siempre he planificado mi vida, el sentimiento de no tener ningún gran plan de simplemente dejarme llevar por los acontecimientos, es una gran sensación, pero el día de mi cumpleaños simplemente me hace reflexionar, si no debería sentarme conmigo misma y decidir, tomar las riendas de mi vida y decidir que quiero hacer con ella, cuando volver a España, qué hacer cuando vuelva, donde quiero estar, que quiero hacer, demasiadas preguntas para las que no tengo ni idea de la respuesta… porque básicamente no sé lo que quiero hacer con mi vida, aparte de dejarme llevar, y eso cuando te paras a pensarlo da un poco de miedo, y como pasó el año pasado no tengo la menor idea de donde estaré el próximo año, donde celebraré mi cumpleaños, con quien, como,… y al pensarlo así dos frases encontradas se abren paso en mi cabeza: la primera – Suena interesante… el no saber donde estaré ni lo que me deparara el próximo año. La segunda – ¿Es que nunca podré simplemente estarme quieta, asentarme y ser feliz?

Y para cerrar el post, una frase que me ha venido hoy la cabeza de uno de los grandes poetas españoles y que quiero aplicarme, al menos hoy:

"Caminante no hay camino, se hace camino al andar" Antonio Machado